México: expectativas económicas para 2017
Samuel
Ortiz Velásquez
El
neoliberalismo en México muestra claras señales de caducidad, su desempeño
económico es decepcionante, su contenido democrático es nulo y recurre cada vez
más frecuentemente al uso de la violencia policial. En el terreno económico, el
estancamiento y la inestabilidad de los principales agregados macro (PIB,
inversión y empleo), ha sido el rasgo que ha tipificado a la economía mexicana
en los últimos 36 años. El pilar del dogma neoliberal, la “estabilidad macro”,
en precios, en déficit fiscal y en tipo de cambio, se ha conseguido a costa de
sacrificar el crecimiento de los agregados macro fundamentales. Además, la
política económica se ha enfocado en generar las condiciones para atraer
inversión extranjera directa (IED).
En este
contexto, 2017 conjugará el peor de los escenarios posibles, pues combina la inestabilidad
del PIB, el empleo y la inversión, con el abandono de la estabilidad “macro
neoliberal”: la inflación se dispara, el peso mexicano experimenta niveles
históricos de depreciación, se frena la IED y el comercio exterior, todo lo
cual, también juega en contra de los principales beneficiarios del
neoliberalismo en México. Efectivamente:
1.- El comercio exterior y la IED se
ralentizan, estimulados en buena medida por la llegada de Trump al gobierno de
los Estados Unidos y su amenaza de renegociar o cancelar el TLCAN, con
implicaciones negativas para la industria automotriz, la principal ganadora del
tratado. Trump habla en serio y para
muestra la presión del magnate que llevó a Ford a cancelar la inversión
millonaria de 1,600 millones de dólares que realizaría en México (siguen
General Motors y Toyota). El anuncio tuvo inmediatamente un impacto en el
comportamiento del tipo de cambio. Frente a ello, la respuesta política del
grupo en el poder es revivir a Luis Videgaray otrora Secretario de Hacienda, su misión, fungir como interlocutor
ante Trump, pues se busca por cualquier medio preservar el TLCAN, desde su
óptica, es imposible concebir a México sin el citado tratado.
Al
respecto valga recordar que el TLCAN aceleró el proceso de integración de una
parte muy selecta del aparato productivo mexicano y estadounidense, en concreto
de la industria automotriz, al tiempo que ha excluido y castigado al universo
de empresas, industrias y familias que se vieron perjudicadas por la política
económica e industrial alineada al TLCAN, tanto en México como en Estados
Unidos. De hecho, como se ha señalado en un documento reciente, Estados Unidos
ha sido el principal perdedor del TLCAN entre otras cosas, por la creciente presencia
de China (Dussel Peters y Ortiz Velásquez 2016).
2.- El gasolinazo de principios de año tendrá
efectos inflacionarios, ello, junto con la depreciación alarmante del peso
mexicano (el 4 de enero el tipo de cambio casi supera la barrera de los 22
pesos por dólar), ha terminado por pulverizar el aumento de 7 pesos al salario
mínimo. Es relevante subrayar que el
abrupto aumento en los precios de las gasolinas, sí es consecuencia de la
reforma energética, sí representa un impuesto disfrazado y en suma, es
resultado inevitable del abandono de la política industrial y de la falta de
inversión en PEMEX, todo lo cual ha vuelto a la economía mexicana altamente
dependiente a las importaciones de gasolina y por lo tanto a la dinámica del
tipo de cambio y de los precios internacionales del petróleo.
3.- El aumento de las tasas de interés
como mecanismo que busca detener la depreciación del peso, tendrá efectos
adversos sobre el acceso al crédito y la inversión productiva. La inversión privada nacional continuará deprimida como
consecuencia del aumento en las tasas de interés y de la debilidad del mercado interno
generada por el empobrecimiento de la clase trabajadora mexicana. El lento
dinamismo de la inversión privada nacional (también de la IED), la debilidad
del mercado nacional y los recortes al gasto público, serán factores que
deprimirán aún más el crecimiento económico.
En un contexto de ausencia de motores internos y externos de reactivación
del crecimiento, la economía mexicana difícilmente crecerá más del 1 por ciento
este año. El nuevo escenario internacional (vinculado al arribo de Trump a la
presidencia de los Estados Unidos) y el enorme descontento y protesta social
que ha generado el gasolinazo, bien pudiera significar la estocada final al
neoliberalismo en México, lo cual abre una ventana de oportunidad para impulsar
el cambio social necesario.
Lo que dicen tienen mucha razón, pero yo me pregunto que en 36 años de neoliberalismo economico, los economistas mexicansos de prefesión, junto con sus sus "brillantes" profesores, no pudieron esbozar al menos una pequeña teoría, de una tercera vía economica y no estar en estos años en eta zozobra. El neoliberalismo, es más bién un colonización economica, pero ya ven ahora, con el comportamiento del sr. trump, echa abajo cualquier teoría economica y hace lo que quiere y nosostros que nos creimos (bueno principalmente nuestro economistas) del sistema neoliberal, pue ya no hay teoría y solo lo que diga mr. trump. Estamos en guerra comercial con USA (bueno, nos la declaro unilateralmente, aun sin funcioes, que podeos esperar cuando ya las ejerce a pleno pode)
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