La política de recuperación del salario mínimo durante el gobierno de AMLO
Samuel Ortiz Velásquez[i]
Por sexto año consecutivo el
gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) incrementó en más de 10 por
ciento el nivel del salario mínimo general. Con el incremento de 20 por ciento
para 2024, México se coloca como el quinto país de la región latinoamericana
con el salario mínimo más alto, únicamente superado por Costa Rica, Uruguay,
Chile y Ecuador. Por otro lado, durante el sexenio de AMLO el salario mínimo
nominal (SMN) crecerá a una tasa acumulada de 182 por ciento, mientras que,
descontando el efecto inflacionario, el salario mínimo real (SMR) se expandirá
al 110 por ciento (gráfico 1). Es importante recordar que la recuperación comenzó
con Peña Nieto, aunque a un ritmo más lento, pues entre 2014-2018 el SMN y el
SMR crecieron a tasas acumuladas de 35 y 15 por ciento respectivamente. En
otras palabras, desde 2014 y particularmente desde 2019, se rompió con la
tendencia al fuerte descenso del SMR que fue un rasgo del periodo 1977-1996 (con
una caída acumulada de 74 por ciento) y al estancamiento del periodo 1996-2015 (con
un descenso acumulado de -0.7 por ciento). ¿Qué implicaciones tiene dicha
política para los trabajadores, las empresas y en un sentido más amplio, para
el crecimiento económico de México?
1.-Con el último incremento, se
recuperará significativamente el poder adquisitivo de la clase trabajadora formal,
también se elevan sus cuotas a la seguridad social y al fondo de pensiones. Con
respecto al primer aspecto, en 2015 un salario mínimo permitía a una familia
poblana comprar en promedio siete kilos de tortilla, con el nuevo salario
mínimo se podrán comprar 14 kilos, es decir, ¡el doble con respecto a 2015!
2.-Con datos de INEGI, en el
tercer trimestre de 2018 aproximadamente 8.4 millones de trabajadores formales (el
15.71 por ciento de la ocupación formal total) percibían hasta un salario mínimo
tasado en 88 pesos por día y 9.8 millones de ocupados (el 18.32 por ciento del
total) recibirán más de dos y hasta tres salarios mínimos, esto es, más de 176
y hasta 264 pesos por día. Tal estructura se alteró drásticamente con la
política salarial de AMLO, pues para igual periodo de 2023, se multiplicó por
2.3 veces la población empleada que percibe hasta un salario mínimo (ahora de
207 pesos por día), al pasar a 19.7 millones de ocupados (esto es, una tercera
parte de la ocupación formal total), en tanto, la población que recibe más de
dos y hasta tres salarios mínimos se redujo de 9.8 a 5.4 millones de ocupados.
Ello en parte, refleja una estrategia de las empresas para que la política
salarial no impacte en los costos laborales.
3.-Vinculado al ítem anterior,
la elevación del salario mínimo no ha generado mayores efectos inflacionarios, al
contrario, opera como un factor que impulsa el crecimiento en presencia de altas
capacidades ociosas (del orden del 20 por ciento para México); pues más
salario, significa mayor poder adquisitivo que estimula el consumo, lo que
contribuye a impulsar el crecimiento económico. En efecto, durante el periodo
2018-2022 la actividad económica nacional medida a través del Producto Interno
Bruto (PIB) se estancó, en otras palabras, en 2022 el PIB apenas recuperó el
nivel de 2019 y luego del brutal descenso del indicador en 2020 (a una tasa de -8.6
por ciento), producto de los efectos económicos asociados a la crisis sanitaria. Lo interesante es que, en el contexto del
estancamiento, de los componentes del PIB por el lado del gasto, el consumo
privado fue el más vigoroso con una tasa de crecimiento promedio anual (tcpa) de
0.7 por ciento, seguido de las exportaciones netas con un crecimiento de 0.3
por ciento, mientras, el consumo de gobierno, la inversión privada y la
inversión pública reportaron tcpa de -0.4, -1.2 y -4.8 por ciento
respectivamente.
4.-A pesar de la histórica
recuperación del salario mínimo, los costos laborales en México son desde 2015
más bajos que en China, es decir, no son un factor que contribuya a restar
competitividad internacional a México. Con ello, la proximidad geográfica con
Estados Unidos, el sesgo en favor de la manufactura de exportación, el nuevo Tratado
México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) y los bajos costos laborales (en
comparación con China), son factores que explican los crecientes anuncios de inversiones
extranjeras directas a México en el contexto del fenómeno de la deslocalización
cercana comúnmente llamado nearshoring.
5.-Los grandes proyectos de
infraestructura en el sur sureste mexicano, al impulsar a la inversión privada,
son un componente que facilita que los efectos del salario mínimo impacten a
las familias de Oaxaca, Tabasco y Chiapas, pues no se tiene que olvidar la alta
informalidad que tipifica al empleo en tales entidades. Es decir, en la medida
en que la inversión (pública y su efecto sobre la privada) en el sur sureste reabsorba
población ocupada informal hacia nuevas condiciones de formalidad, mayor será la
contribución del salario mínimo para impulsar el crecimiento y la generación de
empleos de calidad.
Como colofón, la experiencia del
sur sureste mexicano nos recuerda la importancia que tiene acompañar la
política del salario mínimo con una política nacional de recuperación de la inversión
pública, que permita llevar a ésta a por lo menos cinco puntos porcentuales del
PIB.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario: