El candidato Donald Trump
José Valenzuela Feijóo Donald Trump no es una persona que llame la atención por su sofisticación, por su cultura y por tener una amplia y profunda visión de las realidades políticas. Diríamos que es más intuitivo que reflexivo. Y se mueve con cargo a una visión política más bien tosca. En breve, no parece tener ni remotamente los atributos que se le asignan a un estadista. Pero no es menos evidente que ha logrado una muy fuerte penetración en el electorado estadounidense. Esta pudiera ser la interrogante clave: ¿cómo un personero tan simplón ha logrado tanto arraigo? Primero: diríamos que Trump no es un hombre que pertenezca al denominado “stablishment”. ¿Qué entendemos, en este texto, por “stablishment”? A veces, se entiende por el vocablo al conjunto de grupos y personas que poseen y ejercen el poder económico y político en un país. En este caso, la referencia implícita es más bien a la clase dominante. Es decir, la clase que se apodera y controla el excedente económico y,...