Los compromisos económicos de AMLO: incapaces de alcanzar el crecimiento
Arturo Huerta González
2012-01-24
"Esperamos que López Obrador tenga un encuentro
con sindicatos y trabajadores"
con sindicatos y trabajadores"
El pasado 17 de enero, López Obrador firmó 20 compromisos con empresarios. Se comprometió a respetar la autonomía del banco central; los equilibrios macroeconómicos; la disciplina fiscal; a no aumentar impuestos ni crear nuevos, y a eliminar el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU). Señaló que con la eliminación de los privilegios fiscales que tienen algunas empresas, y de los privilegios que tienen altos funcionarios, y de los gastos superfluos del gobierno, así como el combate a la corrupción, el gobierno ahorrará más de 600 mil millones de pesos anuales del presupuesto para destinarlos al desarrollo y al bienestar de la población. Dijo también que mantendrá una política de precios competitivos de energía que elimine su sesgo recaudatorio, y que sirva para estimular la inversión y el empleo. Añadió que aplicará una política de prioridad a la libre competencia, que estimule la inversión. Sus compromisos, señaló, sacarán a México del estancamiento económico, ya que la inversión crecerá a 16 por ciento para que la economía crezca a 6 por ciento y genere un millón 200 mil empleos anuales.
Por su parte, el empresario Fernando Turner, que sería el secretario de Desarrollo Económico, de ganar Andrés Manuel López Obrador las elecciones presidenciales, dijo que se han venido aplicando recetas equivocadas, que las políticas económicas han beneficiando a unos cuantos, y que López Obrador no llegará a la presidencia a administrar el colapso.
La historia se repite en cada elección presidencial, donde todos los candidatos nos dicen que saben como resolver los problemas económicos, como generar empleos, y resolver la miseria, y la realidad ha sido muy diferente a las promesas ofrecidas de los que llegan. Para no ir muy lejos, Fox nos dijo que la economía crecería a 7 por ciento promedio anual, y la economía creció alrededor de 1.5 por ciento promedio anual. Calderón nos dijo que sería el presidente del empleo, y la economía enfrenta altas tasas de desempleo, subempleo, miseria y violencia.
Veamos en qué medida las propuestas de López Obrador cumplirán sus objetivos de crecimiento y de empleo. A pesar que cuestiona las políticas económicas que han venido predominando, él las mantiene. Se compromete a respetar la autonomía del banco central, como los equilibrios macroeconómicos, y en consecuencia la estabilidad del tipo de cambio, y la disciplina fiscal, y al igual que sus antecesores defiende la libre competencia para promover la inversión Por lo tanto, al mantener la política económica que viene predominando desde fines de los años 80, los resultados no pueden ser diferentes a los que se han tenido en todo este período. Su propuesta de no aumentar impuestos a los empresarios, y no crear nuevos impuestos, y de establecer una política de precios competitivos de energía que elimine el sesgo recaudatorio, y de insistir en la libre competencia, no se traducirá en incremento de la inversión y del empleo como pretenden. El mantener bajos impuestos a los empresarios, y el reducirles los costos de la energía, es la visión convencional de la economía de oferta, de que la inversión se incrementará, pero la realidad ha demostrado lo equivocado de tal postulado. La inversión no crece, no porque los impuestos y el costo de los insumos de energía sean altos, sino porque el mercado interno está contraído, debido a las políticas monetaria y fiscal contraccionistas emanadas de los equilibrios macroeconómicos, que ellos defienden, como por la política cambiaria que abarata al dólar y atenta sobre la competitividad de la producción nacional. Y el contexto de libre competencia de economía abierta predominante, lleva a que las importaciones desplacen a la producción nacional, por lo que tenemos menos industria y agricultura de la que teníamos antes de tales políticas. Además, la disminución de los costos de los insumos de energía, se traducirá en menor captación de ingresos del sector público, lo que le restringirá su capacidad de inversión y de gasto. La propuesta de eliminar en forma paulatina los privilegios fiscales, y hacer pagar los impuestos a los que no lo hacen, y bajar los salarios y privilegios a los altos funcionarios públicos, como combatir la corrupción, y que representaría un ahorro de 600 mil millones de pesos, no es suficiente para lograr el crecimiento económico y el empleo propuesto, para combatir el “flagelo de la violencia” y generar la “tranquilidad y seguridad pública”, por él propuesta. Son muchos los rezagos productivos, como los millones de desempleados y subempleados, y de población en la miseria, por lo que se requiere de grandes recursos, y al no retomar el manejo soberano de la política monetaria, ni fiscal, y al no incrementar impuestos a los sectores de altos ingresos, no contará con los recursos para cumplir las metas propuestas.
Se requiere de una política tributaria progresiva que grave al que más tiene, tanto para achicar el tamaño de la cúpula empresarial, y para que el gobierno pueda allegarse de más recursos para incrementar su tamaño y su inversión para impulsar el crecimiento y el empleo, y disminuir las desigualdades de ingreso en el país. La política tributaria progresiva (no presente en su propuesta), al mejorar el nivel de vida de los que menos tienen, incrementaría la demanda y de la actividad económica y del empleo. Esperamos que Andrés Manuel López Obrador tenga un encuentro con sindicatos y trabajadores, donde ofrezca incremento de salarios y prestaciones laborales, para aumentar el mercado interno, y el crecimiento de la economía, reducir las desigualdades de ingreso, y la vulnerabilidad externa.
Por su parte, el empresario Fernando Turner, que sería el secretario de Desarrollo Económico, de ganar Andrés Manuel López Obrador las elecciones presidenciales, dijo que se han venido aplicando recetas equivocadas, que las políticas económicas han beneficiando a unos cuantos, y que López Obrador no llegará a la presidencia a administrar el colapso.
La historia se repite en cada elección presidencial, donde todos los candidatos nos dicen que saben como resolver los problemas económicos, como generar empleos, y resolver la miseria, y la realidad ha sido muy diferente a las promesas ofrecidas de los que llegan. Para no ir muy lejos, Fox nos dijo que la economía crecería a 7 por ciento promedio anual, y la economía creció alrededor de 1.5 por ciento promedio anual. Calderón nos dijo que sería el presidente del empleo, y la economía enfrenta altas tasas de desempleo, subempleo, miseria y violencia.
Veamos en qué medida las propuestas de López Obrador cumplirán sus objetivos de crecimiento y de empleo. A pesar que cuestiona las políticas económicas que han venido predominando, él las mantiene. Se compromete a respetar la autonomía del banco central, como los equilibrios macroeconómicos, y en consecuencia la estabilidad del tipo de cambio, y la disciplina fiscal, y al igual que sus antecesores defiende la libre competencia para promover la inversión Por lo tanto, al mantener la política económica que viene predominando desde fines de los años 80, los resultados no pueden ser diferentes a los que se han tenido en todo este período. Su propuesta de no aumentar impuestos a los empresarios, y no crear nuevos impuestos, y de establecer una política de precios competitivos de energía que elimine el sesgo recaudatorio, y de insistir en la libre competencia, no se traducirá en incremento de la inversión y del empleo como pretenden. El mantener bajos impuestos a los empresarios, y el reducirles los costos de la energía, es la visión convencional de la economía de oferta, de que la inversión se incrementará, pero la realidad ha demostrado lo equivocado de tal postulado. La inversión no crece, no porque los impuestos y el costo de los insumos de energía sean altos, sino porque el mercado interno está contraído, debido a las políticas monetaria y fiscal contraccionistas emanadas de los equilibrios macroeconómicos, que ellos defienden, como por la política cambiaria que abarata al dólar y atenta sobre la competitividad de la producción nacional. Y el contexto de libre competencia de economía abierta predominante, lleva a que las importaciones desplacen a la producción nacional, por lo que tenemos menos industria y agricultura de la que teníamos antes de tales políticas. Además, la disminución de los costos de los insumos de energía, se traducirá en menor captación de ingresos del sector público, lo que le restringirá su capacidad de inversión y de gasto. La propuesta de eliminar en forma paulatina los privilegios fiscales, y hacer pagar los impuestos a los que no lo hacen, y bajar los salarios y privilegios a los altos funcionarios públicos, como combatir la corrupción, y que representaría un ahorro de 600 mil millones de pesos, no es suficiente para lograr el crecimiento económico y el empleo propuesto, para combatir el “flagelo de la violencia” y generar la “tranquilidad y seguridad pública”, por él propuesta. Son muchos los rezagos productivos, como los millones de desempleados y subempleados, y de población en la miseria, por lo que se requiere de grandes recursos, y al no retomar el manejo soberano de la política monetaria, ni fiscal, y al no incrementar impuestos a los sectores de altos ingresos, no contará con los recursos para cumplir las metas propuestas.
Se requiere de una política tributaria progresiva que grave al que más tiene, tanto para achicar el tamaño de la cúpula empresarial, y para que el gobierno pueda allegarse de más recursos para incrementar su tamaño y su inversión para impulsar el crecimiento y el empleo, y disminuir las desigualdades de ingreso en el país. La política tributaria progresiva (no presente en su propuesta), al mejorar el nivel de vida de los que menos tienen, incrementaría la demanda y de la actividad económica y del empleo. Esperamos que Andrés Manuel López Obrador tenga un encuentro con sindicatos y trabajadores, donde ofrezca incremento de salarios y prestaciones laborales, para aumentar el mercado interno, y el crecimiento de la economía, reducir las desigualdades de ingreso, y la vulnerabilidad externa.
oh! amigo, sólo quería decirte que en el proyecto de nación, si incluye una política tributaria progresica, que paguen mas impuestos a los que más ganancias tienen, además, que el proyecto de nación ha sido enarbolado no sólo por AMLO, sino por un conjunto de académicos, investigadores y científicos expertos en el campo no sólo económico sino social y político, creo que habría que indagar más ésta propuesta...
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