La fortaleza del peso y la debilidad de la economía

ARTURO HUERTA GONZÁLEZ
La Jornada de Oriente: 12 01 2011

El lunes 10 de enero de 2011, la relación peso–dólar cerró en los bancos a 11.95 pesos por dólar, siendo que en octubre de 2009 dicha relación rebasaba los 15 pesos por dólar. El banco central y la SHCP han venido trabajando en la perspectiva de abaratar al dólar y fortalecer el peso. Para ello han establecido políticas de tasas de interés por arriba de la tasa de interés de Estados Unidos, para promover entrada de capitales y así aumentar la oferta de dólares para abaratar su precio, lo que abarata los productos importados (provenientes del exterior), lo que daña la competitividad de la producción nacional. Se afecta así la dinámica de acumulación del sector productivo, lo que se traduce en menor crecimiento de la inversión, del empleo y de la economía.

Por su parte, la SHCP, restringe el crecimiento del gasto e incrementa impuestos y precios y tarifas de los bienes y servicios públicos para alcanzar la disciplina fiscal, y así contribuir a las condiciones de “estabilidad” deseadas por el sector financiero para que siga fluyendo a la economía. A ello se suman las reformas estructurales instrumentadas para ampliar la frontera de inversión al sector privado, en los sectores estratégicos de la economía, para atraer capitales, incrementar reservas internacionales y así abaratar al dólar y fortalecer al peso.

Tales políticas han actuado en detrimento de la dinámica económica, ya que restringen la demanda y el mercado interno, y reducen la competitividad de la producción nacional, lo que afecta las ventas e ingresos de las empresas, así como la inversión, y el consumo.

La fortaleza del peso no ha sido resultado del crecimiento económico ni de los superávit de comercio exterior, que lleven al incremento de las reservas internacionales y de ahí a dicha fortaleza. Ello no se ha dado. Lo que está detrás del aumento de las reservas internacionales, y de la fortaleza del peso, ha sido la entrada de capitales, que es derivada de la política económica predominante; es decir, dicha fortaleza se ha alcanzado a costa de desatender la dinámica económica y la generación de empleo, como de extranjerizar a la economía del país y de estar recurriendo a niveles crecientes de endeudamiento externo.

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