Perspectivas Económicas Globales 2022

Susana Rojas[1]

Documento elaborado a partir de World Bank Group Flagship Report 2022[2]


La recuperación económica mundial a corto plazo nuevamente se ve amenazada debido al incremento de brotes de Covid-19 por la variante Ómicron y otras nuevas variantes, sumado a ello la disminución del apoyo fiscal, el aumento de precios en alimentos y energía, interrupciones en las cadenas de suministros, desastres relacionados con el cambio climático, problemas financieros y una inflación más alta de lo previsto, han desacelerado la perspectiva de crecimiento global de un 5.5% estimado en 2021 a 4.1% para 2022 y 3.2% para 2023.

La variante Ómicron de rápida propagación, ha desencadenado brotes masivos a nivel mundial y pesé a que hasta ahora ha tenido un impacto moderado en la actividad económica, no se descarta la posibilidad de volver a implementar restricciones adicionales como bloqueos y confinamientos.

Los gobiernos buscan acelerar la aplicación de vacunas, sin embrago, el acceso es desigual entre las economías avanzadas en donde el 75% de la población ha recibido al menos una dosis, en contraste con las Economías de Mercados Emergentes y en Desarrollo (EMDE, por sus siglas en inglés) que tienen tasas de vacunación más bajas con 8% de población vacunada con al menos una dosis. A este ritmo se estima que solo un tercio de la población este vacunada para finales de 2023.

 

Comercio global

La recuperación del comercio global refleja una rotación de la demanda hacia bienes manufacturados de gran intensidad comercial y el aumento de la producción industrial muestra un sólido crecimiento del comercio. Las tensiones en las cadenas de suministros globales durante 2021 parecen ser originadas por factores temporales como los cierres de fábricas y cuellos de botella logísticos, que han llevado a un aumento en la acumulación de pedidos de bienes comercializados e inventarios agotados

En 2021, el comercio mundial fue de 9.5% y se espera que se reduzca a 5.8 % en 2022 y a 4.7 % en 2023 a medida que se modere la demanda. Respecto a los viajes, la recuperación será gradual conforme avanza la vacunación, no obstante, existen riesgos provocados por Ómicron; a corto plazo por un posible empeoramiento en la escasez de suministros y a largo plazo por un aumento en el proteccionismo.

En el mercado de insumos primarios, los precios de la energía aumentaron durante 2021 y se prevé que sean aún más altos de lo esperado en 2022, esto ha traído como consecuencia afectaciones en la producción de materias primas no energéticas.

Los precios del gas natural en Europa alcanzaron máximos históricos en diciembre de 2021 a causa de un aumento en la demanda impulsada por la actividad mundial y las bajas temperaturas. Se espera que, durante 2022, los precios del gas natural, el carbón y la electricidad, bajen, pero se mantengan por encima de los niveles previos a la pandemia.

Un riesgo al alza para los precios de la energía es la baja inversión en nueva capacidad de producción, que podría ser insuficiente para satisfacer la demanda, por lo que será necesario aumentar la inversión en fuentes de energía con bajas emisiones de carbono o disminuir la demanda de energía.

Los precios de los metales se estabilizaron a partir de la segunda mitad de 2021. El precio del estaño alcanzó un máximo histórico por la fuerte demanda del sector de la electrónica y las interrupciones en el suministro. Por otra parte, los precios del aluminio subieron porque China decidió limitar la producción en medio de la escasez de electricidad.

Los precios agrícolas aumentaron en promedio 23% en 2021, impulsados por las importaciones récord de China y el clima. Se espera que, en los próximos dos años los precios agrícolas, incluyendo alimentos, disminuyan moderadamente, pero se proyecta que será más alto de lo esperado. Un riesgo al alza para los precios de los alimentos es la posibilidad de que los precios de la energía y los fertilizantes no disminuyan en 2022 como se prevé.

 

Inflación global y evolución financiera

La inflación global mantuvo un alza continua en los últimos meses de 2021, que en promedio fue de 4.6%. El repunte de la demanda y la actividad, así como las interrupciones del suministro y el aumento de los precios de los alimentos y la energía, llevaron la inflación general a niveles máximos de la década en muchos países. El incremento de la inflación también se ha visto reflejado en el aumento a los precios de la vivienda; así mismo, ha llevado a varios bancos centrales a deshacer parcialmente sus políticas monetarias convencionales.

En las EMDE, los aumentos en la inflación han sido generalizados en todos los países y en alrededor de una tercera parte se presentó una inflación de alimentos de dos dígitos en 2021. Las presiones salariales se han mantenido contenidas, lo que refleja una amplia capacidad ociosa en los mercados laborales; sin embargo, en algunas economías emergentes de Europa y América Latina y el Caribe hay excepciones.

Las condiciones de financiamiento para las EMDE se han endurecido, lo que refleja aumentos en las tasas de política monetaria, a medida que los bancos centrales se enfrentan al aumento de la inflación y la depreciación de la moneda en países como México, Brasil y Rusia.

La emisión de bonos internacionales de EMDE se ha mantenido sólida. No obstante, los flujos de cartera disminuyeron en 2021, lo que refleja un deterioro en el sentimiento de riesgo e incertidumbre sobre las perspectivas de las políticas monetarias de los bancos centrales.

Las entradas de Inversión Extranjera Directa (IED) en las EMDE, han tenido variaciones notables entre países e industrias y aun que se han reanudado, existe incertidumbre relacionada con la pandemia, particularmente en los países de bajos ingresos. 

En las economías avanzadas, la inflación también ha aumentado considerablemente, aunque los inversores esperar que la inflación se modere gradualmente hacia los objetivos de los bancos centrales.  Los salarios se han acelerado en las economías avanzadas, especialmente en los sectores que experimentan una persistente escasez de mano de obra.

 

Economías avanzadas

El crecimiento en la mayoría de las economías avanzadas se desaceleró a partir de la segunda mitad del 2021 como resultado del resurgimiento de la pandemia y los cuellos de botella en los suministros. La recuperación de la demanda, las limitaciones a la oferta y los aumentos de los precios de las materias primas han contribuido a presiones inflacionarias. 

Se prevé que el crecimiento en las economías avanzadas se reduzca de un 5% estimado en 2021 a 3.8% en 2022 y a 2.3% en 2023, debido a la propagación de la variante Ómicron que representan un riesgo clave a la baja para las perspectivas. A pesar de esta desaceleración, se espera que la demanda sostenida de los consumidores y las condiciones de financiamiento puedan recuperar la inversión, además de que la producción supere su tendencia previa a la pandemia el próximo año.

En Estados Unidos, la actividad económica creció a un ritmo más lento de lo esperado, con importantes desaceleraciones en el consumo privado y la producción manufacturera, que se expandió 5.6% en 2021, 1.2 puntos porcentuales por debajo de lo esperado. 

El ritmo de crecimiento en la zona euro se desaceleró a partir del cuarto trimestre del 2021. Después de alcanzar un 5.2 % estimado en 2021, se proyecta una desaceleración a 4.2% en 2022, 0.2 puntos porcentuales por debajo de las proyecciones, esto debido a la aparición de la variante Ómicron. Si los precios del gas natural y la electricidad siguen aumentando en 2022 se corre un riesgo a la baja en las perspectivas a corto plazo de la zona euro, en particular para la producción industrial. 

El crecimiento en China se desacelero más de lo previsto a consecuencia de las restricciones de movilidad relacionadas con la pandemia, restricciones regulatorias en los sectores inmobiliario y financiero, que a su vez han restringido el gasto de los consumidores y la inversión residencial. Sin embargo, la política macroeconómica ha evitado una desaceleración más aguda y ha mitigado el estrés financiero.

El Banco Popular de China ha proporcionado inyecciones de liquidez a corto plazo y ha reducido los requisitos de reserva, y el gobierno ha acelerado la inversión en infraestructura y ha intensificado los esfuerzos para apoyar a los propietarios de viviendas y los desarrolladores solventes.

Después de un 8% de crecimiento en 2021, se espera que para 2022 se modere a 5.1%, 0.3 puntos porcentuales por debajo de lo previsto; esto debido a que existe la posibilidad de una desaceleración marcada y prolongada en el sector inmobiliario altamente apalancado, y sus posibles efectos en los precios de la vivienda, el gasto del consumidor y el financiamiento del gobierno local.

 

Economías de Mercados Emergentes y en Desarrollo

El crecimiento de las EMDE fue de 6.3% en 2021 y se prevé que se desacelere a 4.6% en 2022, a medida que se retira el apoyo de la política macroeconómica y se modera la demanda externa. Se espera que el ingreso per cápita sea inferior al de las economías avanzadas en el 70% de los EMDE.

Muchas economías de mercados emergentes de Europa y América Latina y el Caribe se beneficiaron de un repunte en la demanda interna impulsada por una recuperación en los mercados laborales, así como una sólida demanda externa y remesas. De igual manera, los altos precios de las materias primas ayudaron a estabilizar la actividad industrial en los grandes exportadores de materias primas. Sin embargo, no fue suficiente para recuperar los niveles de producción de 2019.

En los países de bajo ingreso se estima que el crecimiento de 3.3% en 2021 se debió a la demanda externa y los elevados precios de las materias primas que ayudaron a impulsar la actividad. No obstante, la demanda interna se ha mantenido moderada, ya que las pérdidas de ingresos y empleos a causa de la pandemia han agudizado la pobreza y la inseguridad alimentaria. El avance limitado de la vacunación, las restricciones de suministros y en algunos países los elevados niveles de violencia, también han afectado la recuperación económica.

Se prevé que el crecimiento de los países de bajo ingreso en 2022 sea de 4.9%, por debajo de su promedio anual de 5.5% en 2019. Se espera que los altos precios de las materias primas ayuden a la recuperación de la agricultura y la minería, aunque las bajas tasas de vacunación podrían atenuar los resultados.

 Cuadro 1. Perspectivas de crecimiento para 2022 y 2023

Fuente: Elaboración propia con datos de Banco Mundial 2022


Desafíos políticos

El rebrote de casos impulsados por la variante Ómicron subraya la necesidad de coordinar esfuerzos para controlar la pandemia y garantizar el acceso equitativo a las vacunas. Esto requiere una expansión de los envíos de vacunas a los países más pobres a través de la iniciativa COVID-19 Vaccines Global Access (COVAX).

También se requiere una mayor cooperación para fomentar la sostenibilidad de la deuda en los países más pobres y abordar el costo creciente del cambio climático. A diferencia de las economías avanzadas, las EMDE podrían sufrir efectos negativos más prolongados.

Los esfuerzos globales se deben concentrar en expandir los recursos fiscales disponibles para las EMDE. Además, son esenciales las iniciativas para reestructurar la deuda externa de los países donde es insostenible y así mitigar los riesgos de que las cargas financieras de la pandemia puedan conducir a crisis financieras y a un menor crecimiento a largo plazo.

Respecto al cambio climático, los gobiernos, la sociedad y las empresas deben trabajar juntos para acelerar el progreso hacia el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. La comunidad internacional puede ayudar a ampliar la financiación y el desarrollo de capacidades necesarios para fomentar y facilitar de una transición hacia las energías renovables y el aumento de las inversiones verdes.



[1] Facultad de Economía, UNAM. Contacto: susanarovel@gmail.com

[2] World Bank Group (17 de enero de 2022). Banco Mundial . Obtenido de  https://www.bancomundial.org/es/publication/global-economic-prospects 

 

 

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